Sin duda, Chile es una Tierra de Bendición.  En este nuevo aniversario patrio damos gracias a Dios por nuestro amado Chile. Por tener una Patria libre y soberana. Porque su pueblo –nosotros- lo construimos día a día, con honestidad, perseverancia y trabajo. Más aún, porque aún podemos libremente evangelizar, y predicar en cada rincón del país que Cristo sana, salva, santifica con poder y viene otra vez.

Agradecemos al Dios Eterno porque Él ha bendecido esta larga y angosta faja de tierra, deseando que su Hijo Jesucristo habite en cada corazón de nuestros conciudadanos, porque sólo así lograremos una mejor convivencia, y recuperaremos el respeto perdido. Oramos con intenso clamor por un Chile donde podamos vivir en paz, en dignidad e igualdad de condiciones.

En nuestras Fiestas Patrias entrego este saludo de bendición a todas las familias chilenas, en especial, a mis estimados consiervos, a la hermandad de la Iglesia Metodista Pentecostal de Chile y a la Iglesia Evangélica Chilena en general. Termino recordando las palabras escritas por el salmista: “Bendice, alma mía, a Jehová, y bendiga todo mi ser su santo nombre”.

¡Te glorificamos, oh Jehová, por nuestro amado Chile!

Afectuosamente,