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507 años de la Reforma Protestante

El Día Nacional de las Iglesias Evangélicas y protestantes, celebrado el 31 de octubre de cada año, se ha festejado en Chile como un logro y reconocimiento a la libertad de culto.

 

El 26 de diciembre de 2005 el ex Presidente de la República, Sr. Ricardo Lagos Escobar, firmó el decreto supremo N°142 que instituye el 31 de octubre como Día Nacional de las Iglesias Evangélicas y Protestantes, indicando que fue: «una forma de agradecer el aporte que estas iglesias han realizado en forma permanente y sostenida a nuestra historia, a la conformación de una patria más fraterna, solidaria y humana». Agregó, además, que «declarar este día nacional, es una manera de relevar la significación histórica y social de estas expresiones de la fe cristiana en Chile, las hondas raíces de la cultura cristiana evangélica, que se remontan a la acogida de O’Higgins al reverendo Diego Thompson, hecho que abrió espacio al primer ámbito plural y de tolerancia en los inicios de nuestro joven país».


Mediante la Ley N° 20.299 del 10 de octubre de 2008, la ex Presidenta de la República Dra. Michelle Bachelet Jeria, promulga esta ley  dejando como día feriado nacional para realzar y reconocer el rol que las iglesias evangélicas y protestantes han jugado en Chile a través de la historia.


La fecha escogida no es al azar, pues corresponde al día en que el monje alemán Martín Lutero clavó las 95 tesis, o postulados, en los que desafió las prácticas de la Iglesia Católica Apostólica y Romana, con respecto a las reliquias, penitencias y la utilidad de las indulgencias para acceder al perdón divino por los pecados. Las reliquias eran aquellos objetos que muchos católicos medievales consideraban “santos” por haber presuntamente pertenecido o estado en contacto con un Santo católico (incluso partes del propio cuerpo fallecido). De acuerdo a estas creencias, su contemplación otorgaba méritos al espectador, de modo que podía recibir la absolución del castigo por sus pecados en el purgatorio.

 

Esta publicación, clavada por Martín Lutero, de acuerdo a la tradición, en las puertas de la Iglesia del Palacio de Wittenberg el 31 de octubre de 1517, comenzaría un debate teológico que desembocaría en la Reforma y el nacimiento de varias tradiciones dentro del cristianismo, tales como el Luteranismo, el Presbiterianismo y el Anabaptismo.

 

Para hacer un poco de historia, la reforma protestante es conocido como el movimiento religioso que tuvo lugar en Europa en el siglo XVI, en la parte occidental de la cristiandad. Aunque sus efectos fueron más allá de lo puramente teológico, sin embargo, sus raíces fueron estrictamente doctrinales.

 

Generalmente cuando se habla de la Reforma Protestante se asocia a Martín Lutero, en cierta forma eso es verdad, pero no es el único personaje importante en la reforma protestante.

 

Para comenzar a hablar de la Reforma protestante hay que remontarse al siglo XIV a los precursores de la reforma. Nombres como Juan Wyclif (1329-1384) un erudito Ingles quien escribió acerca del dominio de la Gracia, decía que toda propiedad o poder venía de Dios y quedaba en el ser humano utilizarlos correctamente, porque si eran usados mal se perdían. “Correctamente” significaba de acuerdo con la Ley de Dios, tal como se la encuentra en la Biblia. Si se usaba correctamente lo que Dios había dado al ser humano, entonces se estaba bajo el “dominio de la gracia.”.

 

Wyclif creía que la Biblia la Palabra de Dios tenía que ser leída por todo el mundo en su propio idioma, es por ello que cuando tradujo la Vulgata al Inglés, entre el 1382 y 1384, él tuvo una importante participación. Mucha gente escuchaba a Wyclif, porque decía lo que ellos pensaban. En 1377 el papa Urbano V mando a arrestarle, pero Wyclif tenía amigo poderoso en Oxford por lo que no se tomaron medidas contra él. Wyclif empezó a enviar a sus seguidores vestidos de campesinos de dos en dos a predicar, estos simplemente llevaban copias de pasajes bíblicos que se los leían a la gente y luego se los aprendían de memoria.

En 1408 el arzobispo de Canterbury condenó las enseñanzas de Wyclif, la traducción de la Biblia y también la predicación (esta solo se podía realizar con el permiso episcopal). Muchos de los seguidores de Wyclif (los lolardos) fueron quemados, pero la semilla ya había sido sembrada, el pueblo sabía lo que era tener la Biblia en su propio idioma.

 

Otro personaje importante es Juan Huss (1373–1415). Bohemia (República Checa) era un estado eslavo dentro del Sacro Imperio, en el que comenzó un movimiento de reforma similar al de Wyclif.

Como sacerdote él fue educado en la universidad de Praga, donde también fue profesor de Filosofía y también rector. Era un predicador que declaraba el Señorío de Cristo y no el de Pedro, se opuso a todas las ideas anti bíblicas que venían desde el papado. Huss recibió mucha influencia de Wyclif. El Papa y el arzobispo de Praga mandaron a quemar todos los libros que Huss tenía de Wyclif, fue excomulgado y se le ordeno que se presentara en el Concilio de Constanza. Cuando Huss se presentó para tener un debate Teológico, fue tratado como hereje y lo encerraron en un castillo, pese a los interrogatorios, jamás negó sus escritos y reafirmo sus ideas. Finalmente, él fue condenado a morir en la hoguera en 1415.

 

Ellos dos no son los únicos precursores, esta también Pedro Valdo, para algunos el primero en plantear la necesidad de una reforma, específicamente en Lyon, Francia. En 1170 siendo un comerciante bien acomodado, presencio la muerte de un amigo cercano, le llevo a preguntarse sobre su destino y vida espiritual, por lo que decidió leer la Biblia (la Vulgata) como no sabía mucho Latín, contrato a eruditos para que la tradujeran a su idioma, un sacerdote le enseño la historia del Joven rico, a Valdo le resonó el texto “Aún te falta una cosa: vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme de Lucas 18.22. Luego de eso decidió llevar una vida alejada de las riquezas e invirtió su dinero en el evangelismo, para Valdo todos tenían que leer la Biblia, para esta labor sus seguidores los hacían vendiendo mercadería, ellos ofrecían joyas, anillos, telas, velos y otros adornos. Cuando les preguntaban si tenían otras joyas, contestaban: Sí, tenemos joyas más preciosas que estas. Si prometen no denunciarnos, se las mostraremos, y una vez que estaban seguros ellos le decían: Tenemos una piedra preciosa tan brillante, que su luz permite ver a Dios; y tan radiante que puede encender el amor de Dios en el corazón del que la posee. Estamos hablando en lenguaje figurado, pero lo que decimos es la pura verdad.


Valdo siguió predicando en las calles de Francia, y a sus seguidores se les conoció como valdenses.

Valdo denuncio valientemente los excesos de la Iglesia, esto llevo a que se prohibiera la predicación laica. El 1183 fueron excomulgados y expulsados de la ciudad por predicar. Valdo nunca quiso una separación de la Iglesia de Roma, sino que mantuvo algunas doctrinas católicas tradicionales.

 

Cada uno de esto movimientos buscaba reformar la Iglesia como institución que estaba en la crisis más grande la historia. A fines del siglo XV la esperanza se había eliminado, la condición moral de la Iglesia y el papado estaba en lo más bajo de la decadencia. Y es en esta parte de la historia aparece Martin Lutero y los demás reformadores.

 

Martin Lutero un monje que comenzó a ver los problemas que estaba teniendo la Iglesia en Roma, con sus dogmas y normas no dejaban ver a Dios como un redentor, sino que mostraban a un Dios que nunca dejaba impune el los errores, a tal grado que se creía que las tragedias personales (malas cosechas, guerras, entre otras) eran vistas con frecuencia como el resultado brujería o pactos con el diablo. Bajo cualquier sospecha de este tipo las personas eran quemadas en una hoguera.

Lutero ya como sacerdote en 1510 fue enviado a Roma en una misión. Para este momento la Iglesia Romana está pasando malos momentos financieros producto de la construcción de la Basílica de San Pedro, para costear semejante proyecto crearon las indulgencias. Ellos le hicieron creer al pueblo que el perdón de los pecados se podría lograr de dos formas, una era obrando de forma correcta y la otra pagando a la Iglesia. Para fijar los precios del perdón fijaban de acuerdo a los ingresos, y en algunos casos por los que ya habían muerto los cuales podían ser rescatados de las llamas del infierno si sus parientes pagaban unas pocas monedas.

Lutero en 1512 termino su doctorado en Teología, y fue profesor de la Universidad de Wittenberg. Mientras estudiaba su Biblia leyó en Romanos 1:17 Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá, Lutero comprendió que Jesús ya había pagado el precio por los pecados. La deuda había sido saldada al morir en la cruz y ahora lo único que tenían que hacer era arrepentirse y por medio de la fe creer en Dios.

En 1517 hizo un debate sobre la venta de indulgencias, nadie quiso participar en este debate. Le envío sus tesis directamente al cardenal Alberto de Bandeburgo, arzobispo de Maguncia.

 

El 31 de octubre de 1517, Martín Lutero clavó sus 95 tesis con respecto a las prácticas de la Iglesia a las puertas del castillo en Wittenberg, Alemania, que en aquel momento servía como una especie de valla publicitaria.

 

Las 95 tesis se basaban en 5 principios, postulados o ejes que el llamó solas, siendo ellas:

  1. Solo Fe (solo la fe en Jesús, es su sacrificio y en su Palabra era suficiente
  2. Solo Gracia (salvación como regalo inmerecido entregado por Dios, que no se podía comprar con obras)
  3. Solo Escritura (la Biblia contenía todo lo necesario para vivir como Dios quiere, desestimando ordenanzas humanas lejanas a la Palabra)
  4. Solo Cristo (en nadie más tenemos salvación, solo en Jesús)
  5. Solo Gloria a Dios (era el único digno de gloria y alabanza y no el sistema papal o la pompa del clero)

La Iglesia hizo que se presentara en varias ocasiones para que se retractara de sus ideas, pero él no lo hizo, rechazando la autoridad papal y poniendo en su lugar a la Biblia. Aunque él tenía razón, la iglesia lo declaró hereje y ordenó su arresto. Tuvo que huir para salvar su vida.

 

Sus amigos lo mantuvieron a salvo escondiéndolo en un sótano y desde allí tradujo el Nuevo Testamento del latín al alemán para que la gente lo entendiera por sí misma.

Posterior a esto aparecieron otros grandes reformadores como Ulrico Zuinglio en Suiza, Juan Calvino en Francia, Jhon Knox en escocia.

El protestantismo se extendió a otros lugares de Europa, como en Suiza, Escandinavia, Inglaterra, Escocia y los países Bajos. Produjo cambios relevantes en toda Europa.

 

Después de 507 años este legado le ha dado forma a lo que hoy conocemos como evangélicos y protestantes.

 

Es hoy nuestro deber ser cristianos que valoran lo recibido por Dios y en medio de una sociedad perversa poder brillar al mundo. No trancemos nuestros valores cristianos y principios, seamos fieles a Dios y levantemos la bandera del evangelio.

 

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