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Enoc, el hombre que caminó con Dios


Enoc, Camina con Dios

¿Ha escuchado la expresión caminar con Dios? Uno de los mayores ejemplos de una verdadera relación con Dios, es la que entregan las Escrituras al referirse a Enoc, ya que si bien, su historia no es contada detalladamente, en comparación a otras como la de Abraham, de quien se relata desde su llamado hasta su heredad, o la de Moisés a quien la Biblia describe desde su nacimiento hasta su muerte; pero ya su nombre (Enoc) “consagrado” nos puede adelantar lo que Dios vería en él.

Este varón de Dios es nombrado brevemente en el Antiguo Testamento, en Génesis, libro escrito por Moisés, el que junto a otros cuatro libros más conforman lo que conocemos como Pentateuco o Ley de Moisés. En este primer libro de la Biblia, en su capítulo 5, dentro de las generaciones de Adán, la Palabra de Dios nos entrega algunas importantes características de Enoc, tales como:

  • Patriarca del Antiguo Testamento
  • Séptima generación desde Adán
  • Descendiente de Set
  • Hijo de Jared, padre de Matusalén y bisabuelo de Noé
  • Vivió 365 años
  • Caminó con Dios 
  • Cada uno de los nombrados en este capítulo, termina con la frase “y murió”, excepto Enoc 
  • Desapareció porque le llevó Dios 


Muchas veces, al escuchar sobre Enoc, pasamos por alto la relevancia y el ejemplo que infunde en el creyente, y es que el Antiguo Pacto, sólo nombra en dos oportunidades a personas que no experimentaron la muerte, uno es Elías (2 Reyes 2:11) y el otro, Enoc. Asimismo, recalca la Biblia que solo dos personas caminaron con Dios, Noé (Génesis 6:9) y también Enoc. Entonces viene a nuestra mente la pregunta ¿qué vio Dios en Enoc?


El testimonio de Enoc
, aun cuando sus apariciones en las Escrituras son breves, nos da un reflejo vivo de las cualidades positivas que lo destacan y las consecuencias maravillosas de vivir en comunión con el Rey de Gloria, pues las referencias de Génesis 5:22 y 24 al mencionar “caminó Enoc con Dios” y “desapareció porque lo llevó Dios” son extraordinarias.


Entre las cualidades que destacan se encuentran:

  • Agradable a Dios: a causa de su fe y temor a Dios, obtuvo una recompensa invaluable, ser traspuesto o arrebatado por Él, sin conocer la muerte.

Hebreos 11:5: “Por la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado, porque lo traspuso Dios; y antes que fuese traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado a Dios

 

  • Testigo de Dios: lo que implica obedecerle y hacer su voluntad.

Judas:14 De estos también profetizó Enoc, séptimo desde Adán, diciendo: He aquí, vino el Señor con sus santas decenas de millares, 15 para hacer juicio contra todos, y dejar convictos a todos los impíos de todas sus obras impías que han hecho impíamente, y de todas las cosas duras que los pecadores impíos han hablado contra él”


Al leer sobre personas como Enoc, generalmente los posicionamos en otro nivel al nuestro, cristianos, lectores y hacedores de la Palabra de Dios del siglo XXI. Creemos que ellos tenían cualidades que les ayudaban a estar más cerca de Dios sin mucho sacrificio y que la devoción a Él era innata para la época en la que vivieron, pero no es así. Enoc, fue uno de los patriarcas de la historia primitiva, que a diferencia de nosotros y de nuestra época, no tenía Biblia, por lo tanto no contaba con la guía de su Palabra, ni el alimento del cual nos proveemos espiritualmente, no participaba en ninguna iglesia, ni tampoco estaba la ayuda especial del Espíritu Santo.


Finalmente, debido a lo anterior, su ejemplo es de enorme bendición para el crecimiento del cristiano, pues, a través de él, podemos entender que agradar a Dios, caminar con él y recibir sus beneficios como hijos dependientes del Padre, no es cuestión de conocimiento o recursos, es necesario entregar nuestra confianza absoluta a Dios y a sus propósitos, es creer aun cuando nadie más lo hace, es buscar su presencia a pesar de las dificultades que nos rodean, es glorificarle en todo lo que hacemos, es obedecer y hacer su voluntad, negándonos a nosotros mismos.  


La invitación de este artículo, a la luz de Dios y de su Palabra, acompañada de la declaración de fe de Enoc (Hebreos 11:5), es acercarnos a él y experimentar la “comunión con el Gran Yo Soy”, anímate y camina en el Espíritu, camina con Dios.



Pastora Gabriela Cifuentes

Iglesia Metodista Pentecostal en Teno

Estudiante del Seminario Metodista Pentecostal

 

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